domingo, 24 de mayo de 2015

OPINIÓN: A propósito de la celebración del 21 de mayo y el nacionalismo


Por: Rodrigo Quezada, director regional de Serpaj Aysén
Durante estos días no es difícil encontrarse niños vestidos de marineritos, muy emocionados e ilusionados respecto a lo que en jardines infantiles y escuelas le llaman “la celebración del día de las glorias navales”.
 De esto último, nos interesa reflexionar, sobre los discursos que han aparecido últimamente en la televisión y las redes sociales respecto a la “soberanía” de nuestra patria ; por ejemplo, cuestionamientos tales como el de entregar o no mar para nuestro país hermano de Bolivia.
 Los medios de comunicación y el modelo educativo de nuestro país, históricamente -a través de desfiles o ceremonias fascistas-, han contribuido a que la “celebración” del 21 de mayo genere en la población un “seudonacionalismo”, donde realzamos el heroísmo de algunos próceres que entregaron la vida por la patria, olvidando los altos niveles de injusticia social o justificando de alguna manera el excesivo gasto militar en el que incurre Chile; posicionándolo en el tercer país de América Latina que más invierte en armamento. En este sentido cabe recordar las enormes diferencias que existe en los sistemas de pensiones y de salud que reciben los ex funcionarios de fuerzas armadas respecto de cualquier ciudadano.
 Nos hablan de Soberanía y territorio y olvidamos que nuestros recursos naturales pertenecen a grandes empresas transnacionales o familias poderosas que  sin ningún pudor los extraen; así, por décadas y hasta nuestro presente, han pasado por sobre los territorios de comunidades enteras, sin ningún respeto por sus derechos ni pensando en la posibilidad de tejer una mirada a favor del desarrollo sustentable, donde quepan el medio ambiente y la diversidad de las culturas.
 Tampoco pensamos en los lugares de nuestro país intervenidos por la presencia de bases militares de Estados Unidos donde son entrenadas las fuerzas especiales para reprimir a los movimientos sociales y particularmente a familias, niños y niñas mapuches.
 En SERPAJ, como militantes sociales, somos de aquellos de los que creemos en la utopía de que algún día este tipo de “celebraciones” se transformen en efectivas celebraciones de PAZ, donde los discursos de nuestros mandatarios sean en base a la integración Latinoamericana y no a las guerras que nos han generado esta división entre los pueblos. Donde la base de los programas educativos de nuestros niños y niñas sea la Educación Para la Paz; donde el respeto por los Derechos Humanos sea el paradigma que sustente cualquier política social. Es por todo ello que no podemos quedarnos mudos, pasivos, eternizando este modelo que prioriza y glorifica las guerras por sobre la Paz.

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